Tu bebé ya ha nacido y al principio sentirás una mezcla entre felicidad y reacomodo físico y emocional: el abdomen está blando, el suelo pélvico muy dolorido (o la cicatriz de la cesárea), los pechos hinchados, los pezones sensibles, y la falta de sueño te va agotando día a día. Aunque a priori no te parezca un buen momento para plantearte iniciar una actividad física, hay ejercicios sencillos que te pueden ayudar en estos momentos de transición a aliviar el dolor de los entuertos, aumentar la producción de la leche y sentirte más tranquila. Además, las clases de yoga para mamás y bebés son la oportunidad de volver a hacer ejercicio sin tener que dejar a tu bebé.